El Jengibre, un desconocido salvador

Jengibre para combatir el dolor y las náuseas.

Lo más seguro es que hayas empleado un remedio hecho en casa en alguna ocasión. Tal vez tu abuelita te lo recomendó o lo viste en internet. Lo importante es que lo comenzaste a usar, y puede que ahora te preguntes : “¿Debo volver a usarlo?”

 

No está definido con exactitud qué es lo que hace que un remedio casero funcione. ¿Es una variación fisiológica verdadera en el cuerpo humano , o más una respuesta placebo?

Es una fortuna que, durante las últimas décadas, los investigadores se han planteado dichas preguntas en un centro de investigación , y están descubriendo que muchos de esos remedios preparados a través de plantas no resultan ser solo historias contadas por nuestras abuelitas.

En el caso del jengibre, es inevitable no usarlo si posees un resfriado, te duele la garganta o cuando presentas náuseas y molestias matinales. Prepararte una taza es muy usual: Ralla una pequeña cantidad en tu té para que obtengas un resultado mucho más fuerte y duradero. Pero la otra ventaja del jengibre, que resulta menos explotada, es su excelente efecto antiinflamatorio.

Cuando vuelvas a sentirte con un poco de mareos y tengas dolor de cabeza, experimenta el jengibre, no te arrepentirás. Esta planta tiene algo diferente al resto de los analgésicos que combaten la inflamación, desde el punto de vista de su funcionamiento. Impide la síntesis de algunos tipos de componentes inflamatorios y como resultado desintegra la inflamación que existe, esto lo hace mediante un antioxidante que se vincula con el componente ácido en el líquido que está en medio de las articulaciones. Sus resultados como antiinflamatorio resultan ser muy eficaces pues no traen consigo los riesgos de los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE).

 

RECETA DE TÉ DE JENGIBRE

Ralla media pulgada del jengibre (que esté crudo.)

Coloca a hervir 2 tazas de agua y las derramas sobre el jengibre.

Mantén reposando por un tiempo de 5 a 10 minutos.

Suma el zumo de un limón, y miel o bien el néctar de agave según prefieras.

No pierdas la oportunidad de emplearlo, los resultados son asombrosos.

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